Salida al Alto de la Cruz: Otra muestra de solidaridad, compañerismo y disfrute de Trochas Medellín
Siete
de la mañana y la mayoría estaban listos para iniciar el día pedaleando con
toda la energía en el cementerio de Sabaneta. Mientras esperábamos a que llegara
todo el grupo, y llegaban “Los nuevos”, todos comentaban de las salidas
pasadas, de a donde será la próxima, las hay que repetir, las duras, las
breves, el aceite que nos trajo Fede, el nuevo patrocinador, los nuevos radios
y hasta el que se trajo el gajo de bananos pa' todo el grupo.
Luego
llegó el estiramiento, siempre indispensable para evitar las lesiones. Una vez
terminado ¡Arracamos Caldas arriba! Ya era ruta conocida para la mayoría, pero
se disfrutaba de igual forma como si fuera una nueva con la motivación de ver
un grupo tan crecido de compañeros.
Una
vez llegamos a La Variante, donde cruzamos por fin para iniciar la trocha, a
muchos se le dilataron las pupilas, unos por ver la inclinación de la trocha,
otros con ansias de llegar al Alto, y los otros esperando la bajada.
Dura
subida. A medida que íbamos subiendo, no dieron espera los calambres. “Es que
hace rato no practicaba” se escuchaba, y a todos nos pasaba por la cabeza lo
importante de un buen estiramiento. Siempre estaban respaldados por todos los
demás compañeros, y de las situaciones adversas siempre surgen las buenas ideas.
Entre los que auxiliabamos a los compañeros, ya quedamos de traer un botiquín
para todo tipo de emergencias que nos pueda ocurrir, y es que entre tantos
compañeros, tenemos un buen equipo de médicos de todos los tipos.
Acto
notable, la nueva compañera que nos acompañaba y se subió toda la loma montada
en su bicicleta, dejándonos a algunos “machos” atrás.
Una
vez arriba en La Cruz, no podía faltar la foto del grupo que simbolizaba alcanzar
la meta. Aprovechaban algunos para descansar y tomarse un jugo de naranja, las
fotos familiares, el estreno de la nueva “GoPro” de Albert, partir el
bocadillo; y finalmente una felicitación
pública para Marc, nuestra cuota internacional en el grupo, que junto a su
esposa lograron conseguir el apoyo del Zoologico Santa Fe. (¡Gracias Marc!) las
cinco y unas felicitaciones gigantes de todos. Y a bajar los sillines que nos
fuimos de bajada…
Iniciamos
la bajada, y en el primer tramo se empezaron a ver las primeras caídas, el
terreno ya avisaba que iba a estar resbaladizo con la lluvia del día anterior,
así que quienes iban adelante sugerían ir con cuidado por los terrenos más
inestables y las pendientes más inclinadas. Con
la dificultad del terreno, algunos iban despacio, otros aprovechaban para
saltar y mostrar sus habilidades y experiencia. Las curvas, la tierra, el agua
y la velocidad hicieron de la bajada una experiencia a la que todos se sumaron
a un “Hay que repetirla”. No faltaron los pinchazos, pero siempre el equipo
estaba atento para acompañar y auxiliar a los compañeros con los parches, el
inflador o el neumático.
Al
final, todos con sus bicicletas al tope de barro por el nivel de la trocha,
satisfechos con la salida. Despedida fraternal entre todos y a descansar a la
casa pensando en la trocha del próximo domingo… ¡Ah! y en la lavada de la
bicicleta.
Redacción:
David Higuita.